❥ 🇺 🇳 🇴
—Feliz cumpleaños.—Charlie entró a mi cuarto con un regalo.
Charlie ofreció a quedarse conmigo en la casa de mis padres para poder felicitarme en mi cumpleaños.
Era el cinco de diciembre. Mi cumpleaños.
Amaba el día de mi cumpleaños, pero mientras menos personas sepan de el, mejor.
—Charlie...creo que recuerdo haber acordado que nada de regalos.—protesté riendo al ver a Charlie con algo plano envuelto en papel.
Y dos cosas más arriba.
—Bueno, el mío no está envuelto.—me mostró una cámara rosada, —No cuenta
La agarré y la miré, me iba a servir.
Lo miré enternecida. Charlie se esforzaba mucho, —Que linda, gracias papá.
Ya me había acostumbrado a decirle papá a Charlie. Después de todo, lo veía como uno.
—Vienen con estos dos, de tu tía Lyra, tú tío Arturo, Armin y Lynette. Y de tus padres.—me acercó el regalo plano y una cajita, —Nos coordinamos, bueno, tú tía y tío me coordinaron.
Abrí primero el regalo de la familia de tía Lyra.
Era un álbum, un álbum rosado con lunares blancos. En medio tenía mi nombre escrito en corrida y de color dorado.
Era precioso.
—Tu tía y su familia se disculpan de no poder estar hoy aquí, siguen con lo de la mudanza a Jacksonville. Y eso es para que, pongas fotos, de tu último año.—dijo rascándose la nuca, —Tú último año ¿Cómo creciste tan rápido?
—Dile que no se preocupe y ¿Qué dices? No soy tan vieja. ¿Cuántos tienes tú? ¿Noventa?—bromeé haciéndolo reír.
—¿No abrirás el otro?—preguntó señalando el regalo de mis padres.
—No...tal vez luego. Lo pondré junto a los demás mini cuadros con manchas raras. Siempre me regalan eso, todos los años lo mismo.—agarré mi mochila mientras caminaba a la entrada.
Me acerqué a Charlie y le di un beso en la mejilla.
—Adiós papá.
—Adiós Aly, feliz cumpleaños.—bromeó.
—Já já.—bajé las escaleras y salí de la casa para subir a mi auto.
♪
—Hoy es el gran día Aby.—dijo Jessica cuando me saludaron.
—¿Disculpa?—si ellos sabían mi cumpleaños estaba jodida.
Demasiado jodida.
—El ensayo de Romeo y Julieta.—intervino Ángela .
—Ah si. Claro.—me alivió, mucho. Aunque sabía que mentían, al menos guardarían el secreto.
—¿Dónde es que estás, Aly?—actuó Mike.
—En detección si no llegó temprano a clases, Mike.—imité, dudé antes de volver a hablar, —¿Les parece una foto?. Mis tíos quieren que haga un álbum de mi último año.
—Claro.—dijo Mike abrazando a Jessica.
—Si, si.—aceptó Eric.
—Yo las tomo, no salgo en ellas.—Ángela sacó su cámara.
—No, no, no. Ven.—Eric la unió.
—Pues si saldrás, ven.—apoyó el rubio.
—Bien. Sonrían.—puse la cámara enfocándonos y todos sonrieron.
—¿Retocaras la foto si mi nariz se ve grande?—preguntó Jessica.
—Despreocúpate, saldré yo. Nadie los verá a ustedes.—contestó el asiático.
—Perfecto.—dije mirando la foto y luego a ellos. Estaban serios, —¿Qué? ¿Qué sucede?
—Oh genial, llegó Cullen.—ironizó Mike.
Volteé y vi el volvo plateado de Edward.
—Hasta luego.—se despidió Jessica.
Los demás se fueron y yo me acerqué al Cullen.
Se veía, como solo el podía. Perfecto.
—Feliz cumpleaños.—llegó a mi, sonriendo.
—No me lo recuerdes.—negué.
Se puso frente a mi, algo pegado. Tenía que alzar un poco mi mirada para verlo, —Mhm. Tu cumpleaños es algo qué hay que celebrar.
—¿Por qué? Es solo un recordatorio de que envejeces más cada año.
—Es el día que viniste al mundo, el día en el que mi compañera salió después de nueve meses de crecer un poco.
—Pero estoy envejeciendo.
—¿Envejecer? A tus dieciocho no deberías preocuparte por eso.—sobó mis hombros sonriendo divertido.
—Soy mayor que tú.—recordé.
—No es verdad, cumplí ciento nueve.—sonreí.
—Bueno, no debería salir con un hombre mayor.—escuché a Edward negar, —Es asqueroso, debería sentir muchísima repugnancia.
—Ajá, lo que digas.—tiró levemente de mi cintura apegándome a él.
Me besó tiernamente, últimamente así era como sentía los besos de Edward, tiernos, delicados y cuidadosos.
Eran suaves pero solo por querer cuidarme.
Aún así me gustaban.
—Voy a ir a detención si no me apresuro.—sonreí cuando nos separamos.
—Espera, alguien quiere verte.—hizo un movimiento de cabeza y miré a un lado, al bosque.
—¡Ly!—vi a Jacob sonriendo.
—¡Jake!. ¿Qué estás...?
—Los dejaré solos.—dijo Edward para ir un poco lejos.
—Hola fortachón. ¿Sabías que los esteroides anabólicos son malos para tu salud?
—Solo estoy emarneciendo, Ly. Sabes, no sería tan drástico si nos viéramos más.—comentó.
Hice un sonido de afirmación, —Cámbiate de escuela, pasa más tiempo con los cara pálida.
—Estoy bien, prefiero la exclusividad de la reservación, aquí dejan entrar a cualquiera.—rió.
—Entonces llévame a la reserva. Solución encontrada.
—Lo haré, no te preocupes.
—¿Y a qué más viniste? Sé que fue por algo.
—Solo vine a comprar una pieza, para el rabi. Deberías venir a dar una vuelta cuando esté listo.
—¿Es veloz?—dije de frente.
El pareció titubear, —E-es decente.
—Era un chiste.—reí y me apoyé en su hombro para no caerme de la risa,—Deberías haber visto tu cara Jakie, no lo supero.
Seguí riéndome con el, en serio Jake era mi mejor amigo de Forks, tenía una conexión increíble con el.
—Oye, feliz cumpleaños.—felicitó.
—Ay no, ¿Tú también?—cerré los ojos.
—Sep, no se me iba a olvidar.—sacó algo de una bolsa y lo alzó, —Vi esto el otro día y pensé en ti
—Es hermoso Jake.—lo vi mejor, era un círculo de madera y al medio tenía una tejedura simulando una telaraña, desprendía de él unas cuantas plumas blancas con negro.
—Atrapa pesadillas.—me lo entregó.
—En serio es perfecto Jake, gracias.—lo abracé.
Aunque Jacob sea menor que yo, el era mucho más alto, me devolvió el abrazo al instante.
♪
—¿Cómo es que Jacob Black te da un regalo y yo no? ¿Ah?—Edward me miró, sonriendo.
¿Estaba celoso? ¿De Jake?
—Porque no tengo nada que darte, por eso.—dije haciendo una mueca.
—Ashby, tú me das todo con solo respirar.
—Muchas gracias, eso fue muy cursi.—sonreí con el, —Pero gracias, es lo único que quiero hacer.
—¡Aly!—llamó Alice, saltando por la baranda de las escaleras, —Feliz cumpleaños.
Me abrazó y se lo devolví .
—Shhhhh, silencio, guarda el secreto.—la solté y ella se encogió de hombros.
Me entregó una caja de color verdoso con un lado negro, —Dije que no quería regalos.
—Ya te vi abrirlo, y adivina qué. Te encantó.—sonrió.
¿Cómo decirle que no a Alice? Es tan tierna.
—Lo usarás esta noche, en mi casa:—siguió sonriendo. Yo dudé, —Si, ¿Por favor? Nos divertiremos.
No quería una fiesta, eso estaba claro.
Una oleada de alegría y algo de manipulación me invadió por lo que respondí, —De acuerdo.
—Ay genial, te veré a las siete.—se volvió a Jasper, feliz.
Ahí lo entendí, Jasper.
—¡Ey! Rubiecito, no es justo que controles el estado de ánimo.—protesté.
Alice y el me miraban sonriendo.
—Lo siento Aly, feliz...—lo vi mal, —Olvídalo.
Se fueron sonriendo y me volteé a mi acosador.
Le golpeé el pecho con la caja, el se estaba riendo despacio.
—No puedes confiar en vampiros. Créeme.
—Oh claro que te creo.
♪
No sé en qué clase estaba, tampoco me importaba, solo sabía que asistí.
Estábamos viendo una película, ¿Cuál?
No tengo idea.
Solo sé que todos lloraban, unos más que otros.
Estaba hablando con Edward, hasta el final de la fila.
—Odio que me festejen.—protesté en voz baja.
—Hay peores tragedias, mira a Romeo. Mató a su verdadero amor en un ataque de necesidad.—me dijo.
—Espera.—lo paré colocando una mano en su pecho y luego apuntando al televisor, —¿Es Romeo y Julieta?—el solo rió, —¡No te rías!—reproché despacio.
—¿En serio no has visto la película ni un segundo?—preguntó sonriendo.
—No...estaba hablando contigo y te estaba viendo a ti.
—Siguiendo el tema de Romeo, si le envidio una cosa.
—Bueno, Julieta es perfecta, si es que te gusta ese tipo de belleza.—por primera vez vi la pantalla.
—No a la chica.—negó riendo, —Tú eres perfecta. Le envidio el suicidio
Fruncí el ceño.
—Es casi imposible para algunas, personas. Para los humanos, algo de veneno, una daga al corazón. Tienen muchísimas opciones.
—¿Por qué dices eso?—pregunté, me agarró la mano viendo el televisor
—Una vez lo consideré. No sabía si llegaría a salvarte, tenía que inventar un tipo de...plan.
—¿Qué tipo de plan?
—Ir a Italia, y provocar a los Vulturis.
—¿Los qué?
—Los Vulturis.
—Y ahora—habló el profesor, —¿Quién quiere repetir lo último del pentámetro diámico para mostrar que prestan atención? ¿Señor Cullen?
Edward suspiró, —Si, señor Berty.
Todos se voltearon hacia nosotros, atentos a lo que diría Edward.
—"Aquí, entregaré a la eternidad, y me sacudiré de esta carne fatigada. El yugo de estrellas adversas, ojos, mirad por última vez, brazos, dad vuestro último abrazo. Y labios, puertas del aliento, sellad con un beso, un trato perpetuo a la vida muerte"—citó.
Yo solo lo miré curiosa y con una ligera sonrisa.
—Los ojos hacia la pantalla.—dijo el profesor al ver que Edward "si había prestado atención".
Cuanto apuesto a que leyó la respuesta en su mente.
♪
—Los Vulturis son una familia muy antigua, y muy poderosa, es lo más cercano a la realeza qué hay en mi mundo.—explicó cuando ya estábamos en su casa,
Viendo un retrato de lo que eran los Vulturis.
Habían tres señores, y atrás de ellos, a un lado. Divisé al que parecía ser el patriarca del clan.
—¿Ese es...Carlisle?—pregunté apuntando.
—Si, vivió con ellos por alguna décadas. Los describe como muy refinados, sin respeto alguno por la vida humana. Pero al menos respetan, las artes, la ciencia...y la ley. Sobre todo la ley.
—¿Los vampiros tienen leyes?
—No muchas, solo hay una que, es imperativa.
—¿Cuál es?
—Que mantengamos en secreto, la existencia de nuestra especie.
—Oye no hables como si fueras un animal.—golpeé un poco su hombro ganándome una vaga sonrisa suya.
—No podemos, hacernos notar. Y no matamos abiertamente, a no ser que quieras morir.
—Dejemos de hablar de esto.—me inquieté, mordiéndome un poco la uña, sin romperla. Por ansiedad, —No puedo si quiera pensar, que alguien te haga daño.
Lo vi sonreír, no era gracioso.
—Ashby, la única que puede lastimarme eres tú. No hay nada más a lo que me tema.
—¿Es un cumplido?—rió un poco, —Y no es cierto, Cullen.
—Victoria, vendrá por mi algún día. Alice lo verá cuando se decida...estaremos listos.
—Yo también podría protegerte, sé combatir cuerpo a cuerpo.—aporté, —Solo que no me dejas hacerlo por ser humana.
—James solo te dejó hacerlo por diversión. Victoria no lo hará. Y, tú ya me proteges.—me agarró de la cintura atrayéndome a él.
Ya se había vuelto una costumbre en el, agarrarme de la cintura, pasar el brazo por mis hombros, pegarme a él de vez en cuando.
Y me gustaba, me gustaban mucho sus acciones.
Me enamoraban más de él .
—Tú eres mi única razón, para seguir con vida. Si es que estoy vivo, pero mi trabajo es protegerte.—susurró mirando un poco hacia abajo por la diferencia de altura, yo solo miraba el piso, —De todo el mundo, menos de mi hermana.
El miraba la puerta y luego esta se abrió.
—¡Ya es hora!—entró Alice sonriendo con un vestido, —¡Ya vamos, vamos, vamos!
Me había puesto el vestido que me dió Alice, era amarillo dorado, no muy largo, con detalles dorados y tenía algo de vuelo, mi cabello estaba amarrado en una media cola y un moño, con una tela dorada rodeándola, tacones dorados, maquillaje dorado, labios con brillo, un poco de rubor.
En fin, Alice se había enterado de mi princesa favorita, y me había hecho vestirme casi igual a ella. Solo que el vestido no era tan largo y con mucho vuelo, no era una fiesta formal así que no tenía porque vestirme como tal.
Cuando llegué a las escaleras, el resto del clan estaba ahí, habían decorado la casa creando un ambiente cómodo y cálido.
Estaban con ternos y vestidos.
Alice me ayudó a bajar agarrándome la mano.
—Lamento todo esto, tratamos de controlar a Alice.—dijo Carlisle agarrando mis manos, ayudándome a bajar el último escalón, luego me dio un abrazo.
—Como si eso fuera posible.—intervino Esme abrazándome, —Feliz cumpleaños Aly.
—Gracias, Esme.
Sentí un flash y me volteé. Alice tenía mi cámara y había hecho una foto.
—La encontré en tu bolsa, ¿Te molesta?—preguntó algo arrepentida.
—No, no. Para nada, es más, ese no es mi ángulo ¿Tomas otra?
—¡Si!—chilló y sonreí al lado de Esme.
Alice tomó la foto mientras daba pequeños saltitos.
—Perfecto, hadita. Salió increíble.
—Saliendo con mujeres mayores. Excelente.—oí a Emmett decir.
Edward lo miró confundido e irónico.
—¿Qué?—se excusó el peli negro.
—¿Cuántos tienes tú, oso polar? ¿Quinientos?—pregunté divertida.
—De hecho noventa, creo.—dijo primero sonriente y luego confundido.
—Tú primero, Rosalie.—Alice le tendió una cajita.
—Es un collar.—me lo entendió, sonriendo un poco más, —Alice lo escogió.
—Gracias.—ella asintió.
Alice trajo a Edward, sabía que si el pequeño Eddy se dejaba tratar así por su hermana, era porque en cierta parte le tenía algo de miedo.
—Ven.—Alice lo puso a mi lado, —¡Sonrían!
Yo sonreí, al igual que Edward. Pero no a la cámara, a nosotros.
—Perfectos.—sonrió la de cabello pixie entregándome otro regalo, —Este es de Emmett.
Lo sentí liviano al agarrarlo, volteé a ver al oso polar con una ceja alzada.
El me veía sonriendo, —Ya lo instalé en tu auto. Al fin hay un equipo de sonido decente en ese montón de chatarra vieja
—¡Oye! No le digas así, poste.—protesté riendo y negando.
—Abre el de Esme y Carlisle.—entregó Alice, otra cajita.
—Algo para iluminar tu día.—explicó Carlisle sonriendo.
—Espero que te guste.—sonrió Esme.
Sentí algo ardiendo en mi dedo, lo vi y era sangre, —Me corté.
Edward agarró mi brazo y vi a Jasper.
Su expresión se endurecía.
Edward me tiró hacia atrás, empeorando todo, rompí jarrones de vidrio encima mío.
Todos trataban de detener al rubio.
Este me gruñía mostrándome los colmillos.
—Jas, Jas, shhh. Tranquilo.—Alice intervino, —Es solo una gota de...sangre
—Mierda...—maldecí cuando vi mi hombro.
Carajo, esto sólo empeoraría más las cosas. Mi hombro chorreaba sangre, se me habían enterrado vidrios en el.
Sentí como todos voltearon a verme.
—Saca a Jasper de aquí.—dijo Carlisle y de pronto ya estaba conmigo.
Emmett se llevó a Jasper y Alice retrocedió, —No, no puedo. Lo siento
Se fue, al igual que Rosalie y Esme.
—Tendré que suturar la cortada.—dijo Carlisle examinando mi brazo, —Ve a ver a Jasper, estará muy molesto consigo mismo y dudo que escuche a alguien más en estos momentos.
Edward estaba estático, mirando mi cortada y la sangre que salía de ella.
—Edward.—insistió el patriarca y mi acosador se fue.
♪
—No quería incomodar a Jasper.—admití
Carlisle estaba quitando los vidrio de mi hombro, tenía agarrada su camisa. Para apretarla cuando me doliera.
—No fue tu culpa. Jasper no ha estado alejado de la sangre humana como todos nosotros.
—¿Cómo lo logras?—pregunté intrigada.
—Años y años de práctica.—me sonrió.
—¿Has pensado alguna ves en, irte por el lado fácil?...Carajo.—apreté su camisa cuando empezó a coser la herida, —Perdón
—No te preocupes. Y no, sabía lo que quería hacer. Ayudar a los demás, me hace feliz, aún cuando eso me condene.
—¿Así como el...infierno? No lo creo, es imposible. Sería una muy grave equivocación.
—Gracias Aly, siempre has sido muy, gentil, comprensiva y bondadosa con nosotros.
—No es que anhele la inmortalidad, ni nada de eso. A decir verdad, nunca había pensado en eso, ni siquiera cuando supe lo que eran. Solo que, si eso es lo que tengo que hacer para poder estar al lado de Edward...creo que quiero correr el riesgo. Pero, ¿Por eso no quiere hacerlo? ¿Por eso no quiere transformarme?
—Imagina que la situación fuera al revés.—acarició mi mentón con fraternidad.
A Carlisle también lo consideraba un padre, y a Esme una madre
—¿Edward de humano? ¿En estos tiempos? No, imposible de imaginar.—ironicé divertida.
El doctor solo rió, —Si pensaras lo mismo que Edward. ¿Le quitarías el alma?
Prendió fuego a las gasas con sangre, para que la sangre y su olor muriera.
♪
—Gracias por traerme.—quise abrir la puerta pero el la abrió por mi, —Gracias.
Bajé del auto y lo vi.
—No vas a quererme cuando me vea como una abuela y tú sigas viéndote como un adolescente de diecisiete.
—Ashby, ¿Es que no entiendes mis sentimientos hacia ti? Dímelo.
—No es eso, yo...ya me tengo que ir. Adiós
No me dejó ir, eso estaba claro. Me agarró la mano y me giró.
Besándome, le agarré la parte del lado del cuello, mi otra mano estaba en su hombro, casi en su pecho
El tenía una mano en mi cintura y otra en mi cadera
—Te amo.—dijo juntando nuestras frentes.
—Yo también.—susurré.
Entré a la casa de mis padres y me esperaba Charlie, con un pastel de chocolate.
—¡Feliz cumpleaños!—dijo sonriendo levantando la torta. Llevaba un gorro de cumpleaños infantil.
—¿En serio, papá?—pregunté sonriendo.
—¿Por qué no?
—Dame un gorrito.—pedí y me dio uno.
Vimos una película y llamó a mi tía, ella junto a mi tío, mis primos y Charlie me cantaron y luego Charlie se tuvo que ir.
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Author's note:
¡Hola!
Empezamos con luna nueva :0 JSKAJSAJA espero que les vaya gustando.
Pobre Ashly, su cumpleaños empezó algo bien, luego mal, luego peor y al final algo feliz.
Si es que ven que menciono mucho a la princesa Bella, en cualquiera de mis historias, es solo porque Enns me convenció.
Es su princesa favorita y sabe persuadir, so, si eso JSKAJSAKJA no se asusten ni nada. De hecho, ni princesa favorita es Rapunzel así que culpen a EnnsPrewett 😋🤙🏻
Gracias x todo
Lxs amo <3
Att: 𝙰𝚕𝚒𝚜𝚜𝚘𝚗 ♡︎✍︎
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